30 de diciembre de 2011

¿Llegaré algún día a comprender mi ciudad?

COMANDANCIA DE MARINA. PROPIEDAD ALACANTÍ DE PROFIT
Ignoro si  algún día de mi vida podré comprender a mi ciudad.La verdad es si llegaré a comprender a aquellos que la han gobernado (o desgobernado).Hay páginas en la historia de mi ciudad escritas con la sinrazón, al pairo y lo peor, cuando ha sido en beneficio de  ciertos intereses.

Menos mal que en ocasiones ha imperado la cordura, hasta la ley, aunque  en ocasiones se la ha pasado por el arco de triunfo.

Como alicantino, por ejemplo, nunca comprenderé como se autorizó partir  por  la mitad la casa Alberola ahí está, mírala, mírala. Hubo edificios protegidos pero de alguna manera "estorbaban", y se demolieron.Así fue el caso de la Comandancia de Marina y todo lo que nos quisieron vender.Sí, el  pescado estaba más que vendido.

O aquel antiguo Club de Regatas con su techo artesonado e inaugurado por Alfonso XIII.Ahora hay otro sin valor arquitectónico alguno.Y hay más, se pretendió demoler el auditorio, La Concha, de la Explanada.Se pudo parar la excavadora.Y se dejó de la mano de Dios el edificio de Correos, hoy felizmente y milagrosamente recuperado.


El cine Ideal de momento está, solo está.Hay otros casos, que  con otras connotaciones muy diferentes fueron desapareciendo  del paisaje urbano alicantino.

El cine Monumental -Salón Moderno, la casa al lado del Mercado Central (al parecer por estar en estado de ruina inminente) o aquella casa  ubicada en el portal de Elche que se derribó prometiéndonos su reedificación piedra a piedra (numeradas) y cualquier parecido con la realidad en la actualidad es pura coincidencia.

Algunas cosas se están salvando del pico y la pala por esa mayor concienciación ciudadana y la legalidad vigente (en algunos casos).Solo pretendo resaltar dos casos increíbles. Uno, el centro del Portal de Elche. Allí había una fuente y luego se levantó un kiosco, sustituido por otro modernista, derribado a su vez en 1975.

Y hace pocos años reconstruido a imagen y semejanza del modernista y con varios usos hasta el momento. Es la política alicantina de derribar y rehacer en vez de preservar, rehabilitar y conservar nuestras señas de identidad.

Otro, la estación de ferrocarril.Aquella  de estilo neoclásico con sus columnas y el frontón triangular.Databa de 1858, 110 años después, 1968, se tiraron al suelo.

Hasta que en 1997 quedó como está. Y ahora se les ocurre a las cabezas pensantes, igual  para tapar otros temas, reconstruir la fachada original, con su frontón triangular y sus columnas.Quisiera llegar a entender estas cosas pero no llego.

Se destruye lo original para, o bien hacerlo desaparecer o hacer reconstrucciones  exactas al original.Podríamos hablar de muchos casos y cosas. ¿Para qué? Solo me gustaría poder comprender todos estos tejes y manejes, para mí absurdos. 

Sin ir más lejos, Alicante, mi ciudad, ha perdido un pasaje público, Amérigo, en beneficio de un local comercial. Pero claro, esto es Alicante.

Paco Huesca


1 comentario:

Joana dijo...

Excelente reflexión. No es por tirar piedras contra nuestro propio tejado (también soy alicantina) pero basta salir de la capital, para reconocer y sentir envidia sana, por cómo se tiene de cuidada tanto la ciudad en sí, como su Historia (Elche, Alcoy y un largo etcétera) Poco a poco, Alicante se está quedando sin "ángel", sin ningún aliciente que no sea el sol o la playa para visitarlo. Más allá de las Hogueras no tenemos fiestas que sean de referencia en el país. Una pena. Si destruimos e ignoramos nuestra Historia, estamos ofendiendo a nuestros antepasados.