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7 de abril de 2015

Wonder Woman y el cáncer de mama


JULIO 2014
En este blog escribimos sobre noticias que ocurren en la provincia. Personajes conocidos. Fiestas. Tradiciones. Pero hoy quiero hablar de una parte importante de este juego que se llama escribir; me refiero a los lectores, en concreto de una, Esther.

Esther es alicantina. Mi amiga desde que íbamos al instituto. A ella le gusta hablar claro y dice que tiene cáncer de mama, con naturalidad. Hoy por fin le han operado. Tras muchos meses de espera y de luchar contra mil batallas.

La vida es así, todos nos enfrentamos a problemas, sorteamos obstáculos, nos equivocamos, acertamos, pero al final, todo se resume en: tratamos de vivir lo que mejor que podemos o sabemos.

A veces, observamos vídeos de gente que ni conocemos, que nos motivan. Han pasado por situaciones trágicas, dolorosas y a pesar de ello, nos sacan una sonrisa y un poco los colores.

Todos los días ocurren historias similares a las de ella. Lo sé. Y tal vez, nuestros problemas o angustias existenciales nos parezcan las más graves. Lo más importante. Es humano.

Pero no viene mal, como me dijo ella hace poco, pasearse por la planta donde hay niños con cáncer y comprender que los verdaderos héroes no aparecen en ningún vídeo motivador, o sí, pero que también los tenemos cerca, mientras nosotros nos empeñamos en quejarnos como manera de entender la vida. Con la autocompasión como fiel aliada.

Ella tiene defectos y virtudes, como tú y como yo, pero añadiría que hay algo que la diferencia del resto: su afán por seguir. Por levantarse todos los días y pelear sacando fuerzas de donde ya no hay. 

Las pequeñas ilusiones, los gestos, una llamada, un abrazo, un mensaje... eso que tan poca cosa nos parece, puede cambiar el día a una persona. A ella se lo cambia.

Los héroes no se encuentran en las películas, ni conducen coches de lujo, ni tienen decoradas sus paredes con títulos y diplomas. 

Los verdaderos héroes, son personas que en los momentos grises, tienen a su lado alguien que les diga: te quiero. Por una razón: han sabido cosechar amistades a lo largo de los años. Tarea ardua hoy día donde el tiempo es oro.

En Alicante o en cualquier otro lugar, si estás pasando por esta situación sólo te diré lo que ella me trasmite: no te dejes vencer. Incluso en los días más negros, en los momentos donde nada parece tener sentido. Levántate y encuentra algo pequeño que te haga sonreír. 

La vida es algo más que lo que ocurre en tu barrio, en tu entorno, en tu familia, dentro de ti... Existen seres maravillosos de los que tomar ejemplo, y están tan cerca que a veces una siente vergüenza por no estar más tiempo a su lado. 

Quien pretenda vivir esta existencia rodeándose sólo de noticias buenas, desconocerá qué es la vida. Vivir significa tener la suficiente sobredosis de alegría, como para afrontar estos momentos con la mejor de tus sonrisas, aunque te cueste, aunque tengas que ensayarla antes de salir de tu casa.

Las sonrisas cuando todo va bien, no tienen mérito ni valor. Ni los abrazos. Así que sonriamos y abracemos más a menudo en los días nublados.


Un beso para esta valiente y optimista mujer-niña que me hace reír.

Mantengamos cerrada la puerta a aquello y a quienes no nos dan amor cuando más lo necesitamos. Y abramos ventanas a quienes nos regalan cariño, su tiempo, apoyo y amistad. 

Seamos héroes, al menos por un rato.






Texto: Joana Sánchez

Imagen: Esther y yo la única tarde-noche que salimos ese verano. Creo que todo salió mal, pero ambas la recordamos como una salida positiva. El cerebro es caprichoso y listo.

30 de noviembre de 2014

Valiente.



Valiente.
(Del ant. part. act. de valerlat. valens, -entis).

1. adj. Fuerte y robusto en su línea.

2. adj. Esforzado, animoso y de valor. 

3. adj. Eficaz y activo en su línea, física o moralmente.

4. adj. Excelente, primoroso o especial en su línea.


Un día nos hicimos amigas. La conocía desde siempre. Mismo barrio, mismo colegio, años más tarde mismo instituto. Y luego vinieron momentos de ocio compartidos, conversaciones... la vida.

Hace unos meses le diagnosticaron un cáncer de mama, pero ella no llora. Ella elige luchar. Esta es la historia de una valiente. De una mujer a la que le gusta reír, conversar con las amigas, la música de Carlos Baute, una madre que no solo quiere a su hijo sino que ha sabido educarlo bien, sencilla, graciosa, a la que le gusta bailar, buena hija, de esas que cuando llama por teléfono te pregunta por toda la familia (le ocurra lo que le ocurra a ella)

La capacidad que tiene el ser humano para sobrevivir a situaciones en principio dramáticas, o difíciles no deja de asombrarme. Al igual que en otros me entristece esa forma de caer en la autocompasión en vez de buscar una solución al obstáculo que no nos permita sentirnos plenos.

El cáncer de mama se asocia a un lazo rosa, con alguna campaña realizada con buena voluntad por parte de famosos y muchas asociaciones donde se asesora y ayuda a mujeres y hombres a sobrellevar esos momentos hasta la curación plena.

Son esos momentos, los que convierten a mi amiga en una Wonder Woman. Esas horas son como un combate de boxeo pero ella se levanta después de cada asalto. El aprecio por la vida, las ganas de salir adelante pueden más que esas sensaciones que aparecen y le destrozan el ánimo. 

Ella es 'esforzada, animosa y de valor'. 

Las emociones hay que dejarlas salir, que estallen como globos en una fiesta infantil: la rabia, el dolor, el miedo, la frustración pero también las importantes: la alegría, gratitud, esperanza, diversión, ilusión, asombro y amor.

Me admira (o no, ya la conozco...) su actitud. Ella es capaz de conversar y reír a pesar de estar "de bajón". El humor también lo tiene bien entrenado y somos capaces de reír en una charla donde ella ha hablado con naturalidad de su tratamiento.

Los héroes, las heroínas no habitan en las películas, ni en los clásicos, los valientes son esas personas que nos rodean, y que todas las mañanas se levantan para librar distintas batallas sin quejarse, sin odio, sin buscar culpables a su desazón.  

Ella se pondrá bien ¡de eso no hay ni una diminuta duda! por esta razón escribo estas líneas, para gritar a los cuatro vientos que los valientes hablan y se quejan cuando toca, claro que sí, pero el resto del tiempo lo dedican a luchar sin descanso porque se saben ganadores.

Valiente, valiente, valiente, valiente.


Texto: Joana Sánchez.
Dibujo: Maribel Iborra (Si hablara el Benacantil)