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30 de noviembre de 2018

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Dos noticias o debería callar

21:28 h.

Se acaba el mes de noviembre y no tengo nada que contar sobre Alicante o sobre alguna excursión.

Pero tengo dos noticias que podría callarme o contarlas aquí.

De nuevo he visitado el Hospital de San Juan, esta vez con mi mami. 9 días hemos estado allí.

Ella estaba MUY BIEN tratada, aplausos para las enfermeras y los enfermeros, las señoras de la limpieza, su médico que es el mejor del mundo :)

Y otra vez sola. Bueno, esta vez sola todos los días. Yendo y viniendo de San Juan a Alicante y trabajando a la vez.

¿Noviete? ¿Pareja? ¿Alguien que me diera un abrazo? No, he descubierto que soy una mujer que se las arregla muy bien sola. Que antes se ahogaba en un vaso de agua y ahora soy capaz de cruzar un océano. Pero tampoco hubiera estado mal un mimo o un gesto cariñoso, pero es lo que hay.

Gracias y viva la progesterona

Si escribo esto supongo que es porque necesito dar las gracias a la gente que hace su trabajo allí. Buenos profesionales y buenas personas. El personal de la planta 4ª son brillantes, algo así como el Doctor Cavadas sólo que ellos no son conocidos, pero obran milagros a diario.

Ya con ella en casa y recuperada la normalidad, también he hecho otro descubrimiento pero por mi parte. Desde hace unos años, unas semanas al mes parecía bipolar XD Alguien, sobre todo si es hombre, y me ha conocido habrá sufrido las consecuencias ay dios, no es para reír pero se me dibuja una sonrisa.

Si mi madre leyera esto diría: "Nena, ¿qué necesidad hay de contar estas cosas?" Yo qué sé, igual ayudo a alguien.

El caso es que mis cambios de humor eran radicales, podía pasar de estar feliz a triste o deprimida y no valorar nada de lo que hacía a nivel profesional o personal y sentirme diminuta, sin olvidar que todo me parecía una gran tragedia.

Siempre que me llegaba la regla, un ogro se apoderaba de mí, pero claro ¿por qué semanas antes también variaba tanto mi carácter?

Alegre/triste, contenta/enfadada, irritable/mimosa, incoherente y vehemente: sencillo, ANDABA ESCASA DE PROGESTERONA y otra vez, gracias a una médica, una maravillosa ginecóloga he averiguado el motivo de mi ansiedad, ataques de pánico, cambios en mi carácter y otras molestias físicas que afectaban a mi rendimiento mental (yo trabajo escribiendo) y a mis relaciones sociales.

Mujeres de todas las edades: que os hagan exámenes de hormonas y haceos análisis de sangre.

Que nadie haga chistes sobre vuestro carácter como les pasa a las protagonistas de "Sin rodeos" o "Reloca".

Sin esa hormona, la progesterona  sí que nos volvemos relocas y se sufre mucho porque pasas por muchos estados de ánimo y te enfadas hasta con tu sombra,.

Ahora entiendo tantas cosas... He superado los 40 para entenderlo o mejor dicho, una buena médica ha sabido verlo, porque antes no lo hicieron. 

Sí, soy un bicho raro. No hace falta que me lo diga nadie, je. Pero me gusta hablar de estas cosas porque aunque sola al 100% no he estado, siempre parece que al plasmar las cosas en papel o en internet una se desahoga.

Y ha sido sano contar lo de mi madre y mi relación con la progesterona.

De nuevo, vuelvo a lo mismo: gracias a los cómicos y a los médicos. Por las mañanas tempranico, desayunaba viendo a Buenafuente y a Berto e incluso a Cimas.

Luego, todo el día, rodeada de personal sanitario que además de curar, sonríen, te animan porque saben que estar en un pasillo dando vueltas no es muy divertido, y eso no está pagado.

También he tenido la oportunidad de conocer a mujeres campeonas, desconocidas que le han cogido cariño a mi madre y a mí. Y nos hemos intercambiado los móviles y hay llamadas para ver qué tal va todo.

Lo sano de tropezar con gente buena

Cuando oigo a la gente gruñir por esta cuestión o la otra, siempre pienso que tengo mucha suerte, porque suelo tropezar con gente buena y evito empezar el día enfadada con el mundo por temas políticos o cualquier otro asunto que como bien sabéis (si me conocéis) no me interesan na-da.

Desde que mi padre enfermó y tras su fallecimiento, creo que nuestra existencia es sencilla y lo ideal es tratar de centrar nuestras energías en cosas y personas que merecen la pena.

Y hasta aquí llegué.

Otra vez San Juan y su hospital pero con final feliz. Esta vez con más energía, y echándole valor a la vida. Comprobando que los desconocidos en esos ambientes se vuelven amigos por unas horas o para siempre.

Y en cuanto a lo mío: ¡Viva la progesterona! :) E insisto: chicas, haceos esos análisis y nada de sufrir ni de permitir que ningún hombre o mujer os mire como un extraterrestre u os trate mal por tener esos cambios de humor.







Besos y más besos para Paco Huesca, que está por el Norte recuperándose.


No me olvido de ti. No me olvido de la gente importante en mi vida.

Besos a Ana y a ti.


Joana Sánchez

19 de noviembre de 2014

El día del hombre


Eres tan hombre


Texto rescatado del mes de septiembre de 2013. 

HOMBRE DE VITRUVIO
Me caen bien los hombres. Sé que lo normal sería decir que son unos bichos, machistas, retorcidos y que sólo piensan en una cosa, qué añejo suena eso.
Hay hombres tontos, hombres listos, hombres insoportables, hombres aburridos, hombres malos, hombres ocurrentes, hombres nobles, hombres tiernos, hombres amorosos, hombres gruñones, hombres altos, hombres bajos, hombres inseguros, hombres sensibles, hombres cariñosos, hombres rudos…
Y así hasta el infinito. Ahora sustituye hombre por mujer y verás que no somos tan diferentes.
A un hombre le da igual si te has cambiado el color del pelo, o si te queda mal un vestido si es tu amigo o tu pareja, lo pensará en el más extraño de los casos pero se callará o quizás ni repare en ello. Tal vez no note que estás triste pero sí que estás más callada que de costumbre. ¿Desinterés? No.
Un hombre te cuenta sus frases para ligar y tú como amiga cómplice le das tu opinión pero le recuerdas que no representas a todas las mujeres del mundo ¡menos mal! y por esta razón un tanto frívola y otras que te cuento no me gustan las feministas profesionales, a mí no me representan sobre todo las que odian a los hombres.
Todo para ellas es machismo. Un anuncio. Un comentario en un periódico. Una idiotez por parte de un político a otra política. Eso sí, hablar de “macizorros” de “tíos buenos” en programas de radio o televisión por parte de locutoras respetables no es machismo, ¡eso es igualdad! Yo creo que es el comportamiento de una quinceañera sin muchas neuronas.
Hay hombres con los que hablar hasta que la luna asoma, hombres que lloran porque la ansiedad les puede, hombres que no encuentran trabajo y se sienten frustrados, hay hombres que hacen trucos de magia para que sonrías, hay hombres que adoran a los niños pequeños y te muestran fotografías de sus sobrinos, hay hombres que saben abrazar, hay hombres menos machistas que algunas mujeres.
Hay hombres que te escuchan aunque no les interese lo que dices pero son pacientes, hay hombres-niño que te gastan una broma o ríen por un detalle absurdo. Hay hombres sinceros que te dicen “sí, estás un poco más gorda” sin maldad, es una cuestión de sinceridad ¿para qué preguntamos?
Mujer
Hay mujeres que critican el lenguaje sexista y luego cierran la boca cuando otras en defensa de lo que sea o en defensa de sus bolsillos se desnudan porque sí, hay mujeres que se ofenden si algunos hombres las miran al pasar por la calle.
Hay mujeres que hablan de sexo en voz alta en la mesa de al lado de un café o en el tren para parecer modernas, hay mujeres que están deseando que les vaya mal a sus amigas para ofrecerles su amistad, hay mujeres que no soportan que sus amigas vuelvan a estar bien ¿de quién van a sentir lástima ahora?
Hay mujeres que se creen con derecho a defender a otras porque las consideran niñas, hay mujeres que no se gustan, hay mujeres que piensan que la igualdad pasa por el filtro de  vivir para protegernos a las demás gracias a profesiones que se han inventado y de las que viven muy bien, en vez de afrontar sus propias vidas. Quizás no tengan, quizás piensen que son mejores que tú, que yo…
En el fondo, muchas se cambiarían por ser una princesa, una modelo casada con un futbolista, muchas de las que ondean la bandera del feminismo sin saber qué significó y que han olvidado de manera miserable a otras mujeres que lucharon en silencio trabajando de sol a sol: nuestras madres, nuestras abuelas, a Clara Campoamor, Marie Curie, las primeras ginecólogas… y curiosamente ellas no odiaban a los hombres.
El cambio no venía de la mano de participar en tertulias televisivas o de escribir artículos repetidos y copiados mil veces con las mismas frases hechas. Tampoco de crear ministerios absurdos para ‘ayudarnos’, mujeres que no han dejado un currículum jamás, que ni conocen la palabra esfuerzo y mucho menos su significado.
Claro que se debe luchar y reclamar nuestros derechos, pero sin necesidad de atacar, y sobre todo sin necesidad de caer en la contradicción diaria.
Soy mujer y amo a los hombres a los que son buenos e imperfectos como tú, como ella, como yo.